Infección de trasmisión sexual más típica
La infección de transmisión sexual más típica es el VPH (Virus del papiloma humano). Su frecuencia varía con la edad y otros factores epidemiológicos, incluyendo cuándo una persona comienza a tener relaciones sexuales, cuántas parejas tiene y si está coinfectado con otros virus, entre otras cosas.
Diferentes formas de VPH
Actualmente, hay alrededor de 150 formas diferentes de virus del papiloma humano. Solo 20, la mayoría en la región vaginal, causan problemas en las personas. Las infecciones pueden provocar lesiones precancerosas y malignidades del cuello uterino, la vagina, la vulva y el pene, además de daños benignos como verrugas o condilomas acuminados. Además, existe evidencia que relaciona el VPH con varios tipos de cáncer, incluidos los cánceres de cabeza y cuello y anal.
¿Cuáles son los síntomas y cómo se diagnostica el VPH?
La infección por VPH no produce ningún síntoma. Sin embargo, sí aparecen si la mujer tiene verrugas/condilomas virales o si hay un caso de cáncer de cuello avanzado. De ahí la importancia de la prevención primaria (vacunación) y transmisión del virus.
El VPH está implicado en las lesiones premalignas del cuello uterino, la vagina, la vulva y el ano. Se llaman displasias. Estos se diagnostican mediante una biopsia y, aunque no son cáncer, requieren un seguimiento y, en ocasiones, un tratamiento de extirpación de la zona donde se encuentra la lesión para evitar la progresión a cáncer.
En el caso del cuello del útero se realiza la conización, que consiste en una biopsia ampliada y en forma de cono de la zona del cuello del útero donde se encuentra alojada la lesión.
Cuando estas lesiones premalignas no se diagnostican y se dejan evolucionar sin seguimiento ni tratamiento alguno pueden dar lugar a un cáncer de cuello de útero.
¿Cómo se previene el VPH?
Se previene a través de las vacunas contra el VPH son seguras y eficientes. Disponemos de 2 tipos de vacunas, una prevé la infección por VPH de los tipos 6, 11, 16 y 18; y otra actúa sobre los tipos 16 y 18. Ambas pueden proteger a los hombres y las mujeres contra las enfermedades causadas por el VPH (incluido el cáncer) cuando se administran a las edades recomendadas, realizando pruebas regulares de detección de cáncer de cuello de útero o utilizando preservativos de látex de forma correcta cada vez que se tengan relaciones sexuales. No obstante, el VPH puede infectar zonas que el condón no cubre, por lo que la protección no es total.
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